viernes, 16 de enero de 2009

Cubera ante Valdediós

El día 26 de enero de 2009 será una fecha triste para nosotros. En ese día se dará por cerrada o suprimida la comunidad cisterciense de Valdediós.
Culmina así un proceso impulsado por el exarzobispo Carlos Osoro Sierra, poniendo fin a la presencia de los monjes de Císter que durante más tres lustros han desarrollado una labor ingente en el viejo monasterio maliayés.
Hacerse cargo de un enorme inmueble en estado llamado a la ruina, levantarlo hasta una situación totalmentge decorosa, crear en torno a él un ambiente y una simpatía colectiva, convertir Valdediós en una referencia de acogida tanto espiritual como cultural con espíritu abierto a toda clase de personas y grupos, sin discrimianciones y con total libertad de expresión ...  todo eso han hecho los monjes de Císter.
Todo eso es lo que ahora se ve liquidarse sin que se expliqua cuál es el proyecto que lo sustituye.
Pues bien es cierto que el exarzobispo declaró que aseguraba la vida contemplativa en Valdediós pero de aquel monasterio se hará cargo una comunidad que no es contemplativa. En el monasterio se alojará una comunidad que no es monástica.
Y todo ello, "por orden de la Santa Sede", de la que el exarzobispo no se responsabiliza, declarando que no hace más que cumplir órdenes. La Santa Sede actúa a instancia y a distancia; se sabe cuáles fueron las conexiones y se tiene constancia de muchas visitas del señor Osoro Sierra a la correspondiente Congregación romana, cuáles fueron sus labores de zapa con algunos monjes, cuáles sus insidias y operaciones para sacar de Valdediós a una comunidad que él no dominaba.
Nosotros, que dimos un día la voz de ¡SALVAD VALDEDIÓS! y que hemos acompañado el denodado esfuerzo de estos monjes, formulamos nuestra más contundente protesta. No discutimos la autoridad pontificia. Pero con la mayor lealtad posible formulamos nuestro juicio contrario a lo organizado por el prelado.
Y nos preguntamos: 1) ¿cuál era el proyecto de la sustitución de esta comunidad? y 2) ¿qué pasa ahora con ese proyecto cuando el señor Osoro Sierra sigue su camino ascensional?
Nos imaginamos la perplejidad de los religiosos de la Communauté de Saint Jean, venidos de la diócesis de Autun, cuando su valedor les deja al bentestate
sin perspectiva de qué hacer. Imaginamos la del nuevo arzobispo que se encontrará con un endoso difícil de digerir. Pero nuestra perspectiva como asociación no se detiene en estas consideraciones. Nuestra alarma está en qué será de Valdediós, es decir si no estaremos asistiendo al desmonte de algo que funciona -aunque con problemas- para sustituirlo por algo que no tiene problemas  porque aún no existe, para quedarnos sin y sin. La ejecutoria del exarzobispo Osoro Sierra en los pocos años que lleva en Asturias es rica en iniciativas de gran relumbrón inicial, de fracaso estrepitoso y aquí no pasó nada. Quisíéramos no ver Valdediós, de nuevo, de cerrado.
                                                                                                  CUBERA